A continuación se presentan las características geológicas regionales y locales, la geomorfología, hidrogeología y el riesgo geológico de la ciudad de Guadalajara.
Índice
Geología regional Guadalajara
La región occidental del país se caracteriza por una estructura tectónica conocida como Bloque de Jalisco. Comprende parte de los estados de Jalisco, Colima, Nayarit y Michoacán. Éste interacciona con la Placa Oceánica de Rivera que subduce bajo dicho bloque (figura 1).
A su vez, se reconocen fallas continentales activas debido a los esfuerzos tectónicos que genera la subducción sobre el Bloque Jalisco. En el entorno de Guadalajara se han identificado zonas activas de fallas normales con componente lateral. Están ubicadas en la barranca del río Grande de Santiago al norte, en la la Sierra de la Primavera al oeste y suroeste y en la montaña de Cerro Viejo-Sierra del Travesaño al sureste.
El estado de Jalisco se localiza dentro de la provincia fisiográfica de la Faja Volcánica Transmexicana. Esta se caracteriza por una litología volcánica de diferentes composiciones. Las rocas volcánicas presentan una gran potencia dado que son el resultado de sucesivas etapas eruptivas, desde el Terciario hasta el presente.

Geología local Guadalajara
Guadalajara es la ciudad capital del estado mexicano de Jalisco. Está ubicada en el occidente del país, en la zona geográfica conocida como Valle de Atemajac (figura 2).

Se localiza dentro de la pequeña subprovincia denominada como Guadalajara y su geología se caracteriza por manifestaciones de vulcanismo explosivo generadas en la Sierra de la Primavera.
Las unidades estratigráficas localizadas en el occidente del área urbana de Guadalajara, se denominaron convencionalmente, secuencia pliniana A, B Y C. El nivel A se corresponde con toba Tala y el nivel B pertenece a una secuencia rítmica de pómez de tamaños diversos y gradación normal. Ambos niveles se encuentran separados por una capa de líticos con un espesor constante de 10 cm. Por su parte, el nivel C se conforma por un paquete pómez de caída. En algunos sitios del sector centro-sureste, horizontes lacustres y fluviales de baja energía.
Estos piroclastos sepultaron una potente secuencia de rocas volcánicas formadas por derrames de basalto, ignimbritas, depósitos lacustres, derrames de dacitas y riolitas.
Estructuralmente se identificaron fallas normales en la barranca del río Grande de Santiago con desplazamiento lateral izquierdo en lavas basálticas. En el sector occidental y centro del municipio existen un conjunto de barrancas cuya evolución puede estar controlada por fallas y zonas de fracturas.
Geomorfología Guadalajara
En Guadalajara la geomorfología se caracteriza por un conjunto de geoformas volcánicas de tipo acumulativo-erosivo, donde se distinguen (figura 3):
- Sierra de la Primavera, ubicada al oeste del municipio, se caracteriza por un domo y gruesos derrames de lavas riolíticas. Fue responsable del depósito inconsolidado de toba Tala, lo que facilitó la erosión pluvial. Este proceso generó dos geoformas distintivas: las barrancas de los Colomos y Alcalde Barranquitas. Estas sobresalen del relieve de lomerío bajo que predomina en la mayor parte del municipio.
- Conos volcánicos basálticos del arco sur de Guadalajara de edad pliocuaternaria pertenecientes a la Cadena Volcánica del Sur de Guadalajara. Entre ellos se ubican el Cerro del Cuatro, Santa María, El Gachupín, y otros.
- Mesas volcánicas volcánicas de Zalatitán, San Andrés, Huentitán, Osorio y del Ferrocarril.
- Bajío topográfico el Dean, ubicado en el sector sur del municipio, se caracteriza por ser una unidad de depósitos lacustres.
El municipio es drenado por cuatro subcuencas que pertenecen a la región hidrológica Lerma-Santiago. Las dos microcuencas más importantes son la de San Juan de Dios y Atemajac. Ambas se unen en el sector noroccidental del municipio y escurren hacia el interior de la barranca. Allí es capturado por el río Grande de Santiago.
Las microcuencas de Osorio y San Andrés drenan el sector oriente de Guadalajara y son de superficie reducida. Sus escurrimientos vierten hacía el interior de la barranca, donde forman una serie de saltos antes de ser capturadas por el río Grande de Santiago

Hidrogeología Guadalajara
La hidrogeología de Guadalajara se presentan dos acuíferos, el primero granular formado por alternancias de arenas pumíticas y derrames lávicos de composición basáltica. Este acuífero tiene un espesor de 4 a 300 m.
Subyaciendo al acuífero granular, se encuentra uno de menor potencial formado por basaltos y andesitas con cierto grado de facturación y alteración. Este se clasifica como semiconfinado, siempre y cuando aparezca la capa de arcillas separando ambas unidades. En las zonas donde no se encuentra esta capa semiconfinante, el nivel en los pozos es el promedio de la carga hidráulica de los jales y de las rocas volcánicas fracturadas.
En las arenas pumíticas superficiales se presenta una zona fracturada somera cuyo nivel freático se localiza en profundidades que varían de 2 a 45 m. Los mayores valores se encuentran al sureste y los menor medida hacia el noreste.
La lluvia es la recarga principal del acuífero Atemajac, el agua que proviene de ella se integra rápidamente al mismo. La recarga secundaria proviene de las estribaciones de la Sierra La Primavera al oeste y suroeste del Valle de Atemajac. También aportan las sierras y mesetas situadas al noroeste y norte del valle de Tesistán, mediante las curvas equipotenciales de mayor valor.
Riesgo geológico Guadalajara
Los hundimientos en el municipio de Guadalajara son un problema recurrente. Esto inició en la década de los 80 cuando el crecimiento de la ciudad se acentúa sobre todo en Huentitán, Minerva, Cruz del Sur, Tetlán y Oblatos. A partir de esta década esta problemática se hace sentir cada año, sobre todo en la estación de lluvias de mayo a octubre.
El factor que origina este fenómeno se asocia generalmente a dos elementos hipotéticos:
- Fugas de la red de agua potable y drenaje, debido a su antigüedad.
- Relleno inadecuado de causes, barrancas y depresiones entre 1940 y 1980, para ser usados para su urbanización.
En ambas hipótesis, el factor que actúa como común denominador es la litología superficial de composición pumítica que yace bajo la ciudad. Esta se caracteriza por una secuencia de capas de pómez, generada por la actividad volcánica de tipo explosivo de la Sierra de la Primavera.
Además, se da la combinación de materiales de alta permeabilidad que conforman las secuencias de tobas y arenas pumíticas, y la capa semipermeable de ignimbritas y basaltos. Estos últimos presentan cierto grado de fracturamiento y trazos de fallamientos. Ello ocasiona que las aguas pluviales que se infiltran verticalmente, al llegar a la zona de contacto entre las dos litologías, los flujos de mueven horizontalmente.
Este fenómeno cuando encuentra fracturamiento en el paquete de pómez, comienza a formar tubificación. Con el paso de los años comienzan a crecer hasta desarrollar huecos. Si el proceso continua se pueden formar galerías, cuyos techos se desploman con el peso que existe sobre ellos, creando los hundimientos (figura 4).
En el caso del proceso de una fuga, los hundimientos verificados, se observaron pequeños huecos por debajo del nivel del tubo de drenaje. En estos huecos se asociaron pequeñas fracturas en las tobas, siendo estos sitios puntos de remoción del material.

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Post escrito por Agostina M. Palavecino, Geóloga
Colaboradora invitada de Geotecniafacil.com
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