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Geología regional Hermosillo
México se localiza al sur de América del Norte. Por su parte, Hermosillo se encuentra dentro de la provincia geológica denominada Llanura Sonorense, limitada al oeste por el Golfo de California, al este por la Sierra Madre Occidental y al sur por la Llanura Costera del Pacífico (figura 1).
Consta de sierras paralelas orientadas N-NO a S-SE, separadas por llanuras extendidas hacia la costa. Su evolución tectono-magmática estuvo asociada a la subducción de la placa de Farallón por debajo de la placa de Norteamérica durante el Cretácico y Cenozoico.
Producto de ello han ocurrido varios eventos compresivos asociados y/o actividad magmática. El ultimo evento se corresponde con la orogenia Laramide, el cual se extendió hasta el Paleógeno. A partir del Eoceno se dieron eventos distensivos denominados “basin and range”. Ambos eventos presentan una gran distribución, desde la Cordillera Norteamericana hasta el territorio Mexicano.
Durante le Mioceno se da la ultima fase tectónica de la región, cambiando su cinemática general con un cese en la subducción, lo que generó, en un primer momento, un sistema de fallas de deslizamiento lateral derecho a lo largo del borde occidental continental; seguida por la ruptura y la generación del Golfo de California, y la migración hacia el NO de la península de Baja California.
En cuanto al magmatismo, es de tipo calcoalcalino, asociado a la deshidratación de la placa oceánica y la fusión parcial del manto superior.
Geología local Hermosillo
Hermosillo se localiza en el sector noroeste de la República Mexicana, a coordenadas geográficas de 29°6’9.36″ de latitud norte y 110°58’38.35″ de longitud oeste, a una altura de 8 m.s.n.m. Como se ha comentado forma parte de la provincia geológica denominada Llanura Sonorense. Los ríos Sonora y su afluente principal, el río San Miguel, se unen al noreste del área urbana, y desembocan en la presa General Abelardo L. Rodríguez.
Los tipos de rocas que afloran en el área son principalmente sedimentarias, ígneas y en menor proporción metamórficas. Sus edades abarcan desde el Paleozoico al Cuaternario. Las rocas Paleozoicas están integradas por secuencias carbonatadas del Carbonífero-Pérmico y representan facies de plataforma y son intruidas por rocas graníticas-granodioríticas, las cuales generan en la roca hospedante un importante metamorfismo de contacto. Asociado al evento ígneo, se reconocen, además, diques pegmatíticos.
Las rocas Mesozoicas están integradas por calizas, limolitas, areniscas, conglomerados y cuarcitas. Las rocas del Cenozoico están integradas por depósitos volcano-sedimentarios dispuestas horizontalmente. Las rocas volcánicas comprenden riolitas y andesitas, sucedidas por emisiones piroclásticas.
Durante el Terciario se deposita la Formación Baúcarit, la cual consiste de dos miembros, el inferior está conformado por grandes espesores de conglomerados consolidados, mientras que en el superior se distinguen arcillas, areniscas y conglomerados no consolidados, destacándose en este último, espesores de hasta 150 m de contenido arcilloso.
Sobreyaciendo la formación Baúcarit se reconocen depósitos aluviales y fluviales, compuestos por gravas, arenas y limos, pertenecientes a los depósitos Cuaternarios.
Geología estructural y tectónica Hermosillo
La geología estructural de Hemosillo se identifica porque a partir del Cretácico superior-Mioceno inferior se produce la orogenia Laramide, dando lugar al plegamiento de rocas Paleozoicas, Triásicas y Cretácicas, asociado a un fallamiento y elevación de los bloques continentales. Las profundas y extensas fracturas sirvieron de conductos para la emisión de lavas riolíticas-andesíticas.
Continúo luego un evento erosivo, que permitió la acumulación en fosas tectónicas de conglomerados, arenas y arcillas que componen el miembro inferior de la Formación Baúcarit. En el Eoceno-Oligoceno se da un nuevo evento compresivo que permitió la formación del graben del Río Zanjón, y los bajos estructurales que son recorridos por los ríos San Miguel y Sonora.
Durante el Oligoceno-Mioceno se da el mayor evento erosivo que abarcó aproximadamente 30 Ma, depositándose el miembro superior de la Formación Baúcarit. La finalización de la orogenia Laramide se reconoce con las emisiones de tobas riolíticas-andesíticas durante el Plioceno.
A partir del Cuaternario, y con el modelado fluvial actual, se depositaron los sedimentos aluviales-fluviales, los cuales presentan menores espesores.
Geomorfología Hermosillo
La ciudad de Hermosillo se sitúa sobre la planicie aluvial del río Sonora a 210 m.s.n.m. y se encuentra bordeado por un conjunto de sierras y lomas paralelas, orientadas N-S, con alturas de hasta 1.120 m y separadas por estrechos valles.
En el extremo oriental del municipio se pueden reconocer lomeríos de rocas volcánicas, calizas y conglomerados, limitados por taludes conglomeráticos que generan una planicie aluvial con pendientes de 10 a 25°. Hacia el sector NO-SE existen sierras de laderas con pendientes >25° de calizas-areniscas y lomeríos de baja a media inclinación compuestos por rocas volcánicas y conglomerádicas.
El río principal es el Sonora, cuyo recorrido posee una longitud de 420 km, con naciente en el río Arizpe y, en épocas de mucho caudal, desemboca en el océano Pacífico. Recibe aportes del río San Miguel, ubicado al noreste del área urbana, y desembocan ambos en la presa Abelardo L. Rodríguez.
Hidrogeología Hermosillo
Se reconocen dos unidades hidrogeológicas en Hermosillo, uno de ellos de gran desarrollo, pero extensión muy acotada, correspondiente a los depósitos Cuaternarios aluviales-fluviales; mientras que la otra pertenece a los depósitos de conglomerados del Terciario. Este último se explota en las partes más bajas de la cuenca, en la confluencia de los ríos Sonora con San Miguel.
Se trata de acuíferos granulares, anisótropos con una distribución horizontal y vertical caótica de los materiales que lo conforman, separados por lentes arcillosos. Los materiales Cuaternarios conforman un acuífero libre, donde sus límites laterales son las rocas riolíticas-andesíticas.
Están localizados a una profundidad de entre 1 a 30 m, presentan alta transmisibilidad y altos valores de caudales específicos, donde están alojadas la mayor parte de las obras de explotación de aguas subterráneas.
Por su parte, los depósitos terciarios, debido al espesor de las capas arcillosas, conforman un acuífero de tipo confinado, con una profundidad de nivel freático que varía de 30 a 60 m.
Ambos sistemas se caracterizan por presentar buena porosidad y sus transmisibilidades varían entre 1×10-3 y 84×10-3 m2/s.
Riesgo geológico Hermosillo
El Estado de Sonora presenta un clima árido con niveles de precipitaciones bajas (el porcentaje invernal es superior a 10.2%), por lo que el área urbana de Hermosillo ha sufrido a lo largo de su historia inundaciones fluviales.
El crecimiento poblacional del área urbana, sin un planeamiento previo, con asentamientos irregulares, favorecen la impermeabilización de los suelos y, consecuentemente, la infiltración del exceso de aguas pluviales. Debido a ello y el clima imperante en la región, ante eventos de abundantes lluvias en cortos periodos de tiempo, generalmente asociados a tormentas tropicales, generan grandes inundaciones. Para el caso de Hermosillo se registró una máxima de hasta 140 mm, excediendo ampliamente la permeabilidad del terreno y capacidad filtrante.
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Los sectores más afectados a dicho fenómeno corresponden al sector sur de la ciudad, en las inmediaciones al parque industrial y la Colonia Nuevo Hermosillo (figura 2).
Una de las mayores amenazas del área lo constituye la presa Abelardo L. Rodríguez, la cual en 1994 alcanzó su máxima capacidad, donde se desfogaron 100 m3/s para evitar un posible desbordamiento. Ante la ocurrencia de un evento similar, se presentarían graves inundaciones.
Post escrito por Agostina M. Palavecino, Geóloga.
Colaboradora invitada de Geotecniafacil.com
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