En el año 2017, en la zona costera central y norte del Perú se presentó un evento climático excepcional denominado “Niño Costero”. Este evento está caracterizado por la ocurrencia de fuertes precipitaciones pluviales que generaron inundaciones, erosión fluvial, movimientos en masa.
A continuación se presentan las características geológicas del valle de Piura y el riesgo geológico a inundaciones del área.
Índice
Topografía Piura
La cuenca del río Piura, se sitúa en el noroeste de Perú, entre los 0 y 3.600 m. Geográficamente se localiza entre las pampas costeras y la Cordillera Occidental (figura 1).
Tiene forma irregular y elongada en sentido SE-NO, con nacientes en la Cordillera Occidental. Sus aguas no desembocan en el Océano Pacífico sino que son acumuladas en las zonas de depresión de la provincia de Sechura, conformando la laguna La Niña.
La cuenca está determinada por dos áreas fisiográficas:
- Medio y Bajo Piura: es una zona de pendiente muy suave, con pequeños cauces erráticos de quebradas secas. Estas solo se activan en las épocas del fenómeno “El Niño” y por un curso amplio del río principal. A su vez, se subdivide en 2 regiones:
- Subzona A: bajo Piura, con una altitud que va entre los 0 a 50 m. Lugar de desembocadura de la cuenca.
- Subzona B: ubicada entre los 50 a 350 m, zona ondulada y semidesértica.
- Alto Piura: está localizada entre los 350 a 3.600 m, zona de montaña con pendientes altas, donde se ubican las nacientes de agua.
Geología regional
Perú, se ubica en la parte centro-occidental de América del Sur. La región de Piura está limitada al oeste por el Océano Pacífico y hacia el este por la Cordillera Noroccidental Andina, y se corresponde con la pampa costanera.
La estructuración geológica del área de Piura es de naturaleza sedimentaria (Cretácico-Terciario), que descansa sobre o adosada a rocas del basamento Paleozoico. La evolución geomorfológica del valle del Piura obedece a la estructura tectónica del subsuelo, con levantamientos verticales que siguen un lineamiento. Esto ha dado lugar a terrazas marinas escalonadas. Estos tablazos forman 4 niveles, siendo los más altos y los más alejados de la línea litoral los más antiguos, así tenemos los tablazos Máncora, Talara, Lobitos y Saliña.
Geomorfología
El río Piura es un valle costero, con un curso principal que se abre paso en su cuenca baja por una amplia planicie plano-ondulada con pendientes de hasta 5°. Tiene un curso divagante, donde puede alcanzar un ancho máximo de 5 km y se estrecha hasta los 210 m. Está conformado por llanuras inundables, diferentes niveles de terrazas, abanicos y conos de deyección. Por tanto, la geomorfología del Piura está muy influenciada por el río.
Los depósitos aluviales conforman el relleno del cauce actual del río y están constituidos por conglomerados y arenas que decrecen en tamaño, desde las partes altas hasta el valle bajo y la desembocadura donde el predominio es de arenas y limos.
En la llanura de inundación existen diferentes niveles de terrazas del curso principal, donde se reconocen conglomerados, arenas, arcillas, con espesores que pueden superar los 10 m, teniendo una estratificación lenticular y, en algunos casos, laminaciones (figura 2A y B).
Por otro lado, los depósitos eólicos cubren grandes extensiones del área de estudio. La dirección de acarreo es SO-NE siendo la fuente principal el desierto de Sechura.
Se diferencian dos tipos de depósitos de los cuales los más antiguos se encuentran formando gruesos mantos de arena, pobremente diagenizados y conformando colinas disectadas por la red fluvial (figura 2C). Por su parte, los depósitos recientes constituyen barcanas en movimiento, dunas gigantes o mantos delgados de arena. Estos últimos se encuentran cubriendo las terrazas aluviales.
Hidrogeología
Los acuíferos principales de la región del valle de Piura se encuentran en depósitos porosos no consolidados y están constituidos principalmente por gravas arenosas, con intercalaciones de limos, arcillas y arena. Las gravas poseen buena porosidad y alta permeabilidad, lo cual favorece el almacenamiento y circulación de aguas subterráneas. Presenta una extensión regional, por lo que ha sido dividido en tres sectores de acuerdo al tipo de acuífero y a su disponibilidad de recursos hídricos subterráneos.
Aquí se expondrán los acuíferos del Bajo Piura, que se caracterizan por ser de dos tipos:
Acuífero libre
El acuífero libre se ubica en la parte superior y el material predominante son arenas finas con limos y arcillas. Excepcionalmente tienen estratos de gravas arenosas muy productivas. Los niveles piezométricos en la parte baja se encuentra aflorando en superficie, con variación hacia el este en 2 m de profundidad.
Tiene un potencial explotable de 250 millones de m3 por año (MMC/año), pero está condicionado por su calidad. El elevado contenido de sales, con conductividad eléctrica entre 0.8 mS/cm y 4 mS/cm, nos indican que estas aguas no son aptas para desarrollar cultivos susceptibles.
Acuífero confinado
El acuífero confinado o cautivo se compone de horizontes de arenas finas con intercalaciones de limos y bancos de arcilla. Está limitado por las diatomitas tobáceas del acuitardo Zapallal. El techo de este acuífero se encuentra a una profundidad cercana a los 100 m de profundidad. La presión hidráulica que ejercen los estratos confinantes hace que los niveles piezométricos sean variables en profundidad, encontrándose entre 70 y 150 m.
El reservorio es muy extenso, por consiguiente tiene importantes reservas de agua subterránea. Sin embargo, no se conoce ni el origen, ni la magnitud de su recarga.
Riesgo geológico
En la región central ecuatorial, las fluctuaciones del viento generan una perturbación en el océano que se propaga como una onda hacia el este. Cuando la onda llega a la costa Sudamericana, la termoclina está a mayor profundidad y produce afloramiento de agua cálida. Esto genera el calentamiento y luego la elevación de la temperatura superficial del mar, provocando el fenómeno “El Niño”.
Las fuertes precipitaciones pluviales caídas en Piura en marzo del 2017 (figura 3), generaron caudales máximos de 3.468 m3/s, lo que significó una crecida excepcional del río. Esto produjo desbordes hacia zonas planas ubicadas cerca al valle del río, así como procesos de erosión fluvial.
El proceso de erosión fluvial (figura 4) ocurrió debido a que el cauce se encontraba colmatado de material fino, sumado a la carga en suspensión. Por esta razón no fue necesario que los caudales sean máximos para que el nivel del río suba hasta tope para iniciar la erosión de la cara interna del muro. Al mismo tiempo al continuar el aumento del volumen de agua, se produjeron reboses por encima del muro, lo cual condujo a una erosión retrogresiva de su cara externa.
El muro de encauzamiento ubicado en los sectores entre Simbilá y Chato Chico, estaba conformado por materiales finos que fueron acomodados y compactados. Sin embargo, ante la falta de protección de tipo enrocado en su cara interna, provocó su rotura y las inundaciones.
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Post escrito por Agostina M. Palavecino, Geóloga
Colaboradora invitada de Geotecniafacil.com
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